"La fe no grita", con esta frase inicia el filósofo francés Jean Luc Marion un apartado titulado "El último rigor" de su libro "Dios sin el ser".
Pero, qué nos quiere decir esta pequeña frase; podemos encontrar algunas características importantes que el autor irá a desarrollar:
1. Para Marion la fe hace parte de un fenómeno saturado, es decir, como aquello que se presenta en la vida de la persona de una manera sublime, este parámetro el hombre no logra abarcarlo, ni englobarlo en un concepto y por tanto no definible con las palabras de nuestro lenguaje.
2. Además de la característica de la fe como fenómeno saturado, es también necesario añadir otra cualidad a la fe; ella nada tiene que ver con el discurso, ya que la fe ni dice ni enuncia, sino que cree y no tiene otro fin que no sea creer (Marion 249). Aquí vemos, como la fe se da a conocer en la vida del hombre, sin hacer bullicio, ni alardes de su grandeza, sin ufanarse estrepitosamente de sí.
Con todo lo anterior, considero que la fe, llega al corazón libre del hombre en total libertad, éste responderá desde el lenguaje de la confianza y del amor, que no se apoya tanto en palabras sino en la experiencia personal de dejarse encontrar y sostener por Dios.