LA FE ES GRACIA
Cuando Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido "de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 16, 17). La fe es un don don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por El. "Para dar esta respuesta de fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos de espíritu y concede a todos gusto de aceptar y creer la verdad" (Catecismo de la Iglesia Católica 153)